Los secretos del único restaurante del mundo atendido por mujeres presas
- El País
Stephanie Bonnin’s se dirige en un bus desde Barranquilla hacia Cartagena. Se escucha bastante alegre. Con los 600 dólares que donaron sus amigos en Estados Unidos, dice, compró delantales, individuales, cuchillos, entre otros utensilios de cocina que en un par de horas llevará a la cárcel San Diego, en pleno Centro Histórico de la ‘ciudad amurallada’.
Allí se encuentra el único restaurante del mundo atendido por las mujeres que permanecen internas en la cárcel. El restaurante – de ahí su nombre - se llama Interno.
– Estos espacios son divinos. Mira lo que está sucediendo en el país, tras el atentado en la Escuela de Cadetes de Bogotá. Es una forma de imponer terror para ofrecer una seguridad que no necesitamos; una seguridad bélica. Entonces, formar parte de un proyecto como este restaurante donde estás trabajando con personas que de una u otra manera han hecho parte de la violencia, y que sin embargo hay un encuentro y una reconciliación con la población civil que va allí a comer, es muy importante. Nos demuestra que como país podemos lograr muchas cosas sin necesidad de ir a la guerra– dice Stephanie mientras el bus continúa su recorrido.